La concejalía de Salud pone en marcha la campaña «Hidrátate y Nútrete» contra el calor

La iniciativa está dirigida a los sectores de población más vulnerables como: niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.

Los ancianos son uno de los sectores vulnerables a los que va dirigida la campaña

Con la llegada del verano y el aumento de temperaturas y exposición al sol y el calor la concejalía de Salud, a través del OMIC de Albolote, ha puesto en marcha una campaña que, bajo el título de ‘Nútrete e Hidrátate’ pretende alertar sobre los problemas que se producen en situaciones de deshidratación, hipertermias y “golpes de calor”.

La iniciativa no sólo pretende llegar a toda la sociedad sino que se va a centrar, especialmente, en los sectores de población más vulnerables como: niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.

La campaña se desarrollará a través de varias actividades como: mensajes informativos en redes sociales y en medios de comunicación, charlas y talleres en los centros de día de la localidad, Reina Sofía y Catedi y un stand informativo con productos refrigerantes y saludables, muchos de ellos aportados directamente por varios comercios locales. La campaña, en todo momento, estará coordinada por nutricionistas y educadoras.

Durante estos días de intenso calor la concejalía de Salud recuerda que los signos más comunes de deshidratación pueden aparecer en forma de sequedad bucal y orina más oscura de lo habitual.  Aunque es muy posible no tener sensación de sed, podemos encontrar los siguientes síntomas que pueden sembrar la voz de alarma en los casos de hipertermia leve: cansancio, dolores cabeza y musculatura y en algunos casos, sensación de mareo, náuseas, pulso débil, somnolencia e, incluso, pérdida de conocimiento. Una forma eficaz y sencilla para detectar si existe deshidratación consiste en pellizcar suavemente la piel del dorso de la mano y comprobar si recupera la forma original o, por el contrario, mantiene la forma del pellizco, siendo el indicativo de deshidratación.

En los casos más graves de golpe de calor es necesaria la intervención de los servicios médicos, mientras se produce su asistencia es recomendable acostar a la persona con los pies elevados, aflojarle la ropa, mantener el lugar fresco y darle de beber agua siempre que se encuentre consciente.

A modo de prevención de riesgos para la salud en materia de deshidratación y golpes de calor es necesario elevar la ingesta de líquidos, aunque no se tenga sensación de sed. No todos los líquidos son eficaces puesto que las bebidas carbonatadas, azucaradas y alcohólicas favorecen la deshidratación, el agua es la bebida ideal para hidratarse ya que su contenido en sales minerales favorece la reposición de líquido y sales que se expulsan a través del sudor y la orina.

Para ello, es aconsejable tomarla a una temperatura media, ya que las bebidas muy frías o excesivamente calientes provocan que no realicemos una ingesta suficiente de líquido.

También existen alimentos que favorecen la hidratación como lo son:

  • Frutas y verduras.
  • Alimentos frescos y con alto contenido en agua.
  • Otras bebidas: infusiones, zumos de frutas naturales, gazpacho, limonada, caldos y sopas.

Además de atender a la ingesta de líquidos, existen otras acciones que deben ser llevadas a cabo como prevención, tales como:

  • Reducir el tiempo de exposición en horario de temperatura más elevada y vestirse con colores claros.
  • Llevar la cabeza cubierta.
  • Evitar el ejercicio físico en las horas centrales del día al aire libre.
  • Comer ligero para evitar digestiones pesadas.
  • No ducharse con agua muy fría ya que produce una mayor sensación de calor.

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC, 2008) aconseja una serie de acciones que facilitan la prevención de la deshidratación y golpes de calor:

  1. Ingerir líquidos en cada comida y entre las mismas.
  2. Elegir el agua preferentemente al resto de bebidas, y a ser posible agua con un adecuado contenido en sales minerales.
  3. Aumentar el consumo de frutas, verduras y ensaladas.
  4. No esperar a tener sensación de sed para beber. Disponer de agua u otro líquido a mano.
  5. Mantener las bebidas a temperatura moderada, pues si están muy frías o muy calientes se suele beber menos.
  6. Niños y ancianos son colectivos que presentan mayor riesgo de deshidratación por lo que debemos tener especial cuidado en la supervisión de la ingesta de líquidos.
  7. Elegir las bebidas de acuerdo con el nivel de actividad física, necesidades de salud y estilo de vida. Así que aumentaremos la ingesta de líquidos atendiendo al tipo de medicación que se esté siguiendo.
  8. Aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después del ejercicio.

Si está vigilando la ingesta calórica o el peso, consuma siempre agua y bebidas bajas en calorías.

  1. Diez raciones de líquidos al día es una buena referencia para una correcta hidratación (1 ración = 200 a 250 ml).