El ayuntamiento instala un tótem informativo con la historia del personaje que da nombre al IES Aricel

El poeta alboloteño, Antonio Carvajal, ha recuperado gran parte de la historia de Juan de Aricel, personaje alboloteño del que hasta hoy se sabía muy poco

Momento del descubrimiento del tótem informativo sobre Juan de Aricel

La pasada semana el poeta alboloteño, Antonio Carvajal, la alcaldesa de Albolote, Concepción Ramírez y el anterior y actual director del IES Aricel, Antonio Luis Ortega y Javier Pérez, respectivamente, descubrieron un tótem informativo construido e instalado, a la entrada del centro, por la concejalía de Obras y Mantenimiento del ayuntamiento de Albolote, en el que aparece (en tres idiomas: español, francés e inglés) un pequeño resumen de la historia de Juan de Aricel, un morisco alboloteño que vivió en el siglo XVI, culto en las lenguas castellana y arábiga que escribió sobre cultivos y faenas agrícolas y acontecimientos familiares, que dedicó la parte final de su vida a ayudar a los demás y que en Albolote da nombre a varios enclaves, como: pago de Aricel, calle Aricel o IES Aricel.

La recuperación de la historia de Aricel ha sido posible gracias a la labor de investigación del poeta alboloteño, Antonio Carvajal quien explicó, durante el acto de descubrimiento del tótem, que todo se debió a “un puro azar, afortunado en el sentido en que viene a demostrar lo bueno que es relacionarse con los demás y lo bueno que es la amistad. Si yo no me hubiera relacionado con mi vecina de enfrente, Lolita Ibarra, la bibliotecaria de la Real Chancillería y no me hubiera hecho amiga de ella no sé si la historia de Juan de Aricel se hubieran acabado con su muerte. El hecho de conversar y de convivir con ella propició que sus conocimientos o hallazgos sobre Juan de Aricel pasaran a mi y de mi salgan a los demás y de esta manera conservar la historia de un hombre ejemplar cuya parte de su vida dedicó a los demás”. La historia completa de Juan de Aricel se publicará en breve, según ha explicado el propio Carvajal, en el último libro del poeta alboloteño que editará la academia de Buenas Letras de Granada y que recoge una colección de artículos suyos escritos en prosa.

Por su parte, tanto el anterior director, Antonio Luis Ortega, como el actual, Javier Pérez, han destacado el interés de los diferentes equipos directivos por conocer, desde la apertura del centro educativo, de dónde venía el nombre de Aricel ya que “es importante conocer a un personaje que hacía obras de caridad y era una buena persona. Ahora con este cartel damos formalidad y forma al origen del nombre del centro que siempre es interesante saberlo”, ha señalado Pérez mientras que Ortega también ha hecho hincapié en que “era importante conocer la historia de este personaje, no sólo por el instituto sino también para que la conociera el resto del pueblo, no olvidemos que Aricel también es el nombre de una calle de este pueblo”.

TEXTO RESUMEN HISTORIA DE JUAN DE ARICEL:

JUAN DE ARICEL fue un morisco a quien apadrinó en el bautismo el caballero aragonés Pedro Embid, natural de Ariza, amigo de la familia Granada Venegas, ilustre linaje nazarí al que estaba vinculado el padre de Juan. Embid compró tierras desde el pie de Sierra Elvira hasta el río Cubillas y obtuvo de D. Alonso Granada Venegas que el padre de Juan Aricel se encargara de su cuidado y labranza para lo que lo instaló en una humilde vivienda cercana a la fuente de la Zaralluz (Cortijo del Almendro). Allí padre e hijo cultivaron plantas traídas de remotos lugares y consiguieron el arraigo de los claveles procedentes de Persia.

Juan pasó su niñez en el barrio del Realejo y fue compañero de juegos de Luis de Sarría, luego Fray Luis de Granada; ya anciano, acogió y ocultó a Fray Juan de la Cruz cuando, en un principio, le fue negada su entrada en Granada por las autoridades eclesiásticas.

Culto en las lenguas castellana y arábiga, escribió sobre cultivos y faenas agrícolas y acontecimientos familiares. Promovió la Hermandad de la Candelaria y Ánimas Benditas, cuidó enfermos y les dio piadosa sepultura hasta que, contagiado durante una epidemia de cólera, murió en 1585. La última frase de su manuscrito dice:

Chorus Angelorun me suscipiat, et cum Lazaro quondam paupere aeternan habeam requiem.”

(Antonio Carvajal)